#190 Aipom

La cola de Aipom termina en una especie de mano a la que, con un poco de cabeza, se le puede dar muy buen uso. Pero hay un problema: como se ha acostumbrado a usarla mucho, las de verdad se le han vuelto algo torponas.

La cola de Aipom termina en una especie de mano a la que, con un poco de cabeza, se le puede dar muy buen uso. Pero hay un problema: como se ha acostumbrado a usarla mucho, las de verdad se le han vuelto algo torponas.

Su cola es tan potente que puede usarla para agarrarse a la rama de un árbol y no caer.

Vive en lo alto de los árboles. Cuando salta de rama en rama, usa su cola para equilibrarse.

Vive en las copas de los árboles. Puede usar su cola como si fuera una mano más.

Vive en las copas de los árboles. Puede usar su cola como si fuera una mano más.

Vive en las copas de los árboles. Puede usar su cola como si fuera una mano más.

Vive en las copas de los árboles. Puede usar su cola como si fuera una mano más.

Vive en lo alto de los árboles. Cuando salta de rama en rama, usa su cola para equilibrarse.

Su cola es tan potente que puede usarla para agarrarse a la rama de un árbol y no caer.

Vive en las copas de los árboles. Puede usar su cola como si fuera una mano más.

Vive en las copas de árboles gigantes. Mientras duerme, enrolla la cola en una rama para no caerse.

Usa su cola para recoger la fruta que no está a su alcance. Su cola es más hábil que sus manos.

Tiene una cola tan potente que puede usarla para agarrarse a la rama de un árbol y no caerse.

Vive en lo alto de los árboles. Cuando salta de rama en rama, usa la cola para equilibrarse.

Su cola termina en una especie de mano a la que puede dar muy buen uso. Pero, como se ha acostumbrado a usarla mucho, las de verdad se le han vuelto algo torpes.

La cola de Aipom termina en una especie de mano a la que, con un poco de cabeza, se le puede dar muy buen uso. Pero hay un problema: como se ha acostumbrado a usarla mucho, las de verdad se le han vuelto algo torponas.

La cola de Aipom termina en una especie de mano a la que, con un poco de cabeza, se le puede dar muy buen uso. Pero hay un problema: como se ha acostumbrado a usarla mucho, las de verdad se le han vuelto algo torponas.

Se vale de la cola para colgarse de las ramas de los árboles y coge impulso para pasar de una a otra.

Vive en lo alto de los árboles. Cuando salta de rama en rama, usa su cola para equilibrarse.

Su cola es tan potente que puede usarla para agarrarse a la rama de un árbol y no caer.