¡Cómo los vamos a dejar! (Foto de James, celebrando la brillante estrategia protagonizada por Nintendo).
Este Sábado 28 de Noviembre ha habido un juego que me ha dado mucho en qué pensar, ya sea por buenas noticias como por posibles decepciones. Este mismo mes de Noviembre, harán unas dos semanas mal contadas, fue lanzado al mercado un juego que muchos nostálgicos y no tan nostálgicos esperábamos para esta medio quebrada consola moderna de Nintendo, hablo ni más ni menos que de Pokémon Megamundo Misterioso. Lejos del fracaso absoluto de la anterior edición, con esos deleznables DLC's de pago, la supresión del sistema de hambre, aquella asalvajada supresión de Pokémon reclutables y sus interminables diálogos, encontramos una apuesta profunda y ampliamente trabajada por parte de la Gran N, quizás un resquicio del glorioso pasado jugón de la franquicia y un intento de golpe mesero que aporte un poco de aire a esta tan restringida consola (y digo restringida porque quitando un puñado de títulos formidables y exclusivos, encontramos un mar de mediocridad).
Siguiendo con el tema
De primera mano, las cosas se arreglaron, se incluyeron numerosas innovaciones y múltiples localizaciones, las voces de los fans fueron escuchadas y todo parece ir viento en popa. Bueno, eso diría de no ser por una alarmante noticia encontrada en Centro Pokémon. En esta ocasión, Nintendo nos ha sorprendido con un quizás ingenioso barra lamentable "Easter Egg", un elemento oculto e incompleto presente en todas las ediciones americanas de esta entrega, una movida tan gorda y enmarañada que más de alguna persona se habrá tirado al suelo de la risa mientras trata de despegar la mano de su cara: el juego ya trae incluidos los 5 idiomas de la versión europea. A diferencia de lo que cualquier mente humilde e inocente pudiese pensar, la traducción está casi completada, todos los diálogos están montados y tan sólo quedan pequeños detalles por arreglar, tales como tímidas faltas de ortografía, diálogos que se desmarcan de los gráficos e imágenes por traducir.
Una más que evidente involución Nintendera
Puede entenderse que la traducción de un juego pueda ser larga, costosa y que hayan cosas por probar. Sin embargo, una cosa es querer hacer las cosas bien y otra muy diferente es retrasar la salida de un juego hasta principios (posiblemente mediados) del 2016. Sí señor, como podéis leer, un total de tres meses y medio esperando un juego prácticamente traducido, una versión que los japonesitos ya se han pasado 50 veces y que los americanos ahora disfrutan en sus casas. A raíz de todo esto, sabiendo que hay cuatro idiomas distintos y que existen cuatro sedes diferentes, yo querría preguntar... ¿acaso no hay suficiente material y personal para sacar esta edición en una fecha relativamente normal? Supongo que Nintendo acaba de olvidar, una vez más, una de tantas cosas que hacían y de las que hablaban hace años. En esta ocasión, parece ser que la moda de sacar los juegos a nivel internacional era demasiado utópica, y lamentándolo mucho, hemos dado un paso de dos años atrás en el tiempo. ¿Amnesia? ¿Abuso de confianza por parte de los seguidores de la franquicia? ¿Volveremos a la normalidad... o acaso hemos vuelto al pozo para no volver a salir? ¿Es esta una retorcida estrategia para vender previamente otros juegos en Navidades y, posteriormente, vender aún más tras el periodo festivo?